miércoles, 29 de junio de 2011

Sociología urbana: las luchas por el espacio como objeto de estudio

Por Javier Garduño

Si la sociología se constituye como la conciencia social de la modernidad, resulta importante distinguir si la modernidad tiene esencialmente un ámbito espacial representado por la ciudad o si se constituye como un reflejo de algún conjunto de valores específicos o de un sistema de producción económica particular. Esta distinción es relevante para establecer si es pertinente hablar de una sociología específicamente urbana o si el estudio de las relaciones sociales que se ubican en la ciudad se puede abarcar mediante una teoría social de carácter más general. En este breve texto se considera que las urbes contemporáneas ofrecen la oportunidad de la apropiación social del espacio, por lo que se hace necesario abogar por el desarrollo de una sociología urbana y no sólo de una sociología de carácter general.

En primer lugar, es importante señalar que en sus orígenes la sociología no tuvo como objetivo establecer un estudio propio de la ciudad. Los autores clásicos dentro de la tradición sociología veían a la ciudad como el lugar en donde se lleva a cabo el proceso de racionalización de la vida moderna. Sus planteamientos teóricos no conciben a la ciudad como la causa del surgimiento de la sociedad moderna. Sin embargo, sus aportaciones abrieron camino al estudio sociológico de la ciudad y a un mayor entendimiento de la sociedad moderna.

Se puede considerar que el análisis de la ciudad, y de las relaciones sociales que ahí se generan, encuentra un enfoque basado en el espacio con la aparición de la Escuela Ecologista Clásica de Chicago. Ésta corriente del pensamiento sociológico basa su objeto de estudio en apreciaciones biológicas de los cambios que tienen lugar en el espacio urbano. De esta forma, ésta escuela logra darle una explicación al crecimiento de las ciudades en función de la movilidad de una población migrante que empieza a establecerse en las grandes ciudades norteamericanas y que encuentra ciertas barreras para ser asimilada por la sociedad.

La visión de los ecologistas clásicos de Chicago sienta las bases de una sociología propiamente urbana en donde el espacio que ocupa la ciudad será el objeto de estudio central. Esta postura contrasta con otras escuelas del pensamiento sociológico en donde lo importante no es como tal la ciudad sino las relaciones sociales dentro de la sociedad moderna (las cuales tiene su expresión más evidente en las grandes ciudades). No obstante las posturas estrictamente sociológicas sobre la ciudad y las relaciones que ahí se generan han tenido un desarrollo muy relevante en la historia moderna, éstas dejan de lado una concepción que brinde la oportunidad para que los individuos se apropien del espacio y puedan mediante ésta apropiación transformar la ciudad.

La apropiación del espacio, visto éste como un instrumento para el ejercicio del poder, se presenta como algo vital en la ciudad de hoy en día. Lo anterior, debido a que las ciudades contemporáneas reproducen esa forma de alienación que es representada, según mi punto de vista, por el papel que tienen los automóviles en el espacio público. Ésta alienación se refleja tanto en el uso privado de un espacio por naturaleza colectivo como es la calle, como en la opresión en términos de vidas humanas perdidas por las emisiones contaminantes y por los accidentes que generan los vehículos motorizados. Asimismo, en las ciudades contemporáneas vemos cómo el Estado reproduce esa forma de alienación al destinar grandes recursos en ampliar y fomentar el uso privado del espacio, mediante la ampliación y mantenimiento de las calles, avenidas y vías rápidas.

El uso desproporcionado del espacio que utilizan los automóviles en las ciudades vuelve entonces necesario impulsar y fomentar la apropiación social del espacio, a través de la participación y de la lucha urbana. Los movimientos urbanos, y en particular aquellos centrados en cuestionar el papel de los automóviles en las ciudades, son fundamentales para lograr transformar el entorno social. De especial interés resultan aquellos movimientos urbanos que proponen alternativas a la movilidad, en el sentido de movimiento cotidiano, como son aquellos que buscan impulsar el transporte público y el uso de la bicicleta. Ambas alternativas de movilidad se presentan como una respuesta tanto a los problemas de espacio en urbes densamente pobladas como a los problemas de contaminación en las ciudades.

Por tanto, la sociología está llamada a estudiar estos procesos de transformación del espacio bajo una mirada específicamente urbana. Lo anterior, permitirá tener una teoría social específica, la sociología urbana, para estudiar aquellos fenómenos que se producen en la ciudad y que tienen como objetivo lidiar con los aspectos espaciales de las relaciones sociales.

Por último, es importante señalar que a pesar de que puedan existir críticas y planteamientos divergentes con esta propuesta, el estudio de las ciudades será central para las ciencias sociales debido a que las ciudades seguirán comandando los procesos de transformación en las sociedades modernas. Por lo que, exista o no una sociología enfocada en los aspectos espaciales, el estudio de las ciudades continuará siendo la conciencia crítica de las sociedades contemporáneas.


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